sábado, 1 de agosto de 2009

Niños al sol… ¡cuidado!

Niños al sol… ¡cuidado!

Siguiendo una serie de recomendaciones es posible que los niños tomen el sol sin riegos para su piel. Parece demostrado que una fotoprotección continuada hasta los 18 años de edad reduce significativamente el riesgo de cáncer de piel en el adulto.

- Jamás pongas a un niño menor de seis meses en contacto directo con la luz del sol. Nunca deben ser expuestos directamente al sol cuando el índice ultravioleta es superior a 5.

- Aumenta la exposición al sol de forma paulatina. Empezar con diez minutos e ir incrementando hasta un máximo de media hora al día. Nunca deben permanecer inmóviles al sol durante más de un cuarto de hora seguido. Bajo ningún concepto dejes que tu hijo se duerma al sol. Conviene estar en movimiento realizando otras actividades, beber pequeñas cantidades de agua, así como aplicarse agua sobre el cuerpo o bañarse para refrescar la piel.

- Utiliza una crema de protección solar a partir del índice 30. Debes aplicarla media hora antes de tomar contacto con el sol, en cantidad muy abundante y con la piel limpia. Esmérate en que también se cubran partes del cuerpo “olvidadas”: orejas, nucas, empeines, etc. Por las noches es conveniente retirarlo y aplicar crema o aceite hidratante para que la piel pueda respirar.

- Renueva la aplicación constantemente, sobre todo si está mucho tiempo en el agua, se seca con las toallas, o se llena de arena.

- Evita las horas de máxima intensidad solar, de 12 a 16 horas. Independientemente de si nos encontramos en la playa, ciudad o montaña. Es conveniente mantenerlos protegidos del sol, en espacios interiores o a la sombra. No sirve sentarlos bajo una sombrilla, ya que la arena refleja de forma abundante los rayos solares. Tampoco les protege estar dentro del agua.

- Evita los productos que contengan alcohol (perfumes, colonias…) antes de la exposición solar, ya que pueden causar manchas oscuras en la piel.

- Aunque todos los niños deberían llevarlos, sobre todo a los más pequeños, ponles sombrero, camiseta y gafas de sol. Las prendas más adecuadas son las de algodón, oscuras, poco porosas y secas. Es un error muy habitual tapar en exceso al bebé, en verano debe estar fresquito y evitar en lo posible que sude.

- Llévate una sombrilla y haz que se pongan debajo de vez en cuando.

- Oblígales a tomar mucha agua. Para compensar la pérdida de agua por el sudor, por la exposición solar, es conveniente beber abundante cantidad de líquido.

- Intenta que no jueguen mucho rato cerca de las olas, el reflejo del agua aumenta el efecto nocivo.

- No dejes de ponerles crema protectora por muy morenos que estén.

- Controla que no se estén recalentado, que se bañen y se mojen la cabeza cada poco tiempo.

- No te fíes de los días nublados, ya que los rayos ultravioletas, penetran las nubes, y pueden provocar igualmente serias quemaduras de piel.

- Para prevenir el envejecimiento cutáneo es recomendable consumir fruta fresca, verdura y cereales con un alto nivel de fibra y antioxidantes, como el betacaroteno (abundante en la zanahoria). Después de tomar el sol, la piel está deteriorada por el aire, la sequedad, el cloro o la sal, por lo que conviene tomar una ducha con agua sin usar jabones con demasiados perfumes, geles o esponjas. A continuación, aplicar una crema hidratante que nutra, refresque e hidrate la piel.

- Para evitar los golpes de calor en los bebes: Es fundamental que el bebe esté perfectamente hidratado. Si está siendo alimentado mediante lactancia materna (pecho) no es necesario darle ningún otro líquido, lo que sí será muy importante es que la mamá tome frutas, verduras y carnes, y beba al menos dos litros diarios de líquidos. Si el bebé se alimenta con otras leches maternizadas, será conveniente incorporar algún que otro líquido a su dieta.

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